miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Cómo lo conquisto?

- Mamá me gusta alguien 
- Mamá me gusta alguien, ¡Mamá!


- ¡Qué, qué!, ¿el café?



- Sí, sí, el café...


Fue reciente, fue con un café.

La idea de enamorarme siempre estuvo limitada a ser conquistada, cortejada, galanteada y así un sin fin de sinónimos más. Pues siendo nuestro país, un mero imperio machista lo asumí como normal. Sin embargo, un extraño pero casual día, necesité de él:
Un ser inteligente, elocuente e inmerso en todo lo que implica ser racionalmente una persona exitosa, que aprendiendo a dominarse en este mundo de caretas y falsas religiones, se mantenía sin cruzar la delgada línea de la famosa "soberbia". ¡Ah! e insensible también, pero, ¡vamos! que ese pequeño detalle, no tenía por qué importarme, claro, "aún".

Lo localicé y sin saber si era común en él ayudar a sus prójimos, asumí su atención, como una gentil manera de educarme. No vi malicia en él y quizás sea miope, pero suelo acertar al dejarme llevar por mi instinto, así que "pa lante, como el elefante " y procedí a invitarle una taza de café.

Mencioné café? Miento, nunca hubo un café, al menos en la vida real no.

Nos encontramos de casualidad.
Ya teníamos planeado vernos, pero él presuroso o aburrido, quiso citarme antes de tiempo. Y yo, pues como lo mencioné desde un instante, necesitaba de él.

¡Hey!, espera, no malentiendas mi desesperación. La necesidad de una mujer puede ser cualquiera, menos la misma que surge en un varón. Así que mi fin utilitario con él, era eso, solo absorción de conocimientos. Y encandilará por su cerebro, accedí a verlo.

Me puse roja, me sentía hervir las venas del rostro y ¿él?. No sé, pero sé que le gusté!
Traté de disipar mi sangre y distribuir el notorio color por todo el cuerpo
- ¿Cómo?-
No tengo ni la más remota idea, pero lo logré!

No quiero tildarme de adivina, pero una mujer siente la mirada de un hombre, la percibe e inclusive, la segmenta. Nosotras sabemos si : a) nos quiere comer, b) nos mira con dulzura y c) se deleita.
En mi caso, sentí una fusión de c + a ; y la verdad me intimidó. Usualmente pongo la mirada de desprecio con rabia y disipo toda lujuriosa percepción. Pero en este caso, solo me sonrojé.

Asentí la idea de que me gustase, y quizás yo a él. Pero saberlo sería cuestión de leer mentes o de volver a nacer. Así que, simplemente, borré casete.

Fue así como pasaron días...
¡Ja! Miento, otra vez.

Después de la sonrojada maldita que experimenté delante de él. Le agradecí por la asesoría. Y él,  tan gentil, habló de más, tildándome de linda, de muy muy linda. Y bueno, querido lector, que te digan linda, es lo de menos, si sabes que lo eres, no? (Un poco de mi vanidad) Pero que te lo diga la persona que te puso roja , y te elevó a un 40º de temperatura similar a una infección estomacal o fiebre amarrilla, sí que suele ser halagador .

Y ahora sí puedo decir, que fue así como este "gusto" empezó a nacer.
No por su aspecto varonil y grave voz,¡no!
No por su cabellera frondosa y exuberante derrier, ¡no!
No señores, ¡no!
Me empezó a gustar, porque suele existir esa química, ¡maldita química! , que sin haber física ni razonamiento verbal existe y, nuevamente, la cagas pues.

Ese extraño e inteligente hombre entró en mis pensamientos... Y yo, tan ingenua y fría, lo negué. Negué que me pudiese gustar, negué toda visión con él. Me lo negué, es más, me lo prohibí!

Después de esa breve reunión en la cuál me intoxicó de todo su esplendor, seguíamos en comunicación. Una prosa sutil y banal, pero con un mensaje sincero : ¡Me gustas!

Yo seguía negando la realidad, asumía que podría estar imaginando cosas, y que ser galanteada por él, era posible, pero dada nuestras diferencias de edades y matices en un entorno prohibido. Me dije: Nicagando... 

Sin embargo, él persistente o nuevamente, quizás aburrido de la rutina, tanto como yo. Me invitó un café.

Café que se convirtió en el mejor trago de mis primaverales días. No mencionaré mi edad, tampoco la suya. Y no es que sea mucha la diferencia, porque en realidad da igual. Pero había algo más...algo más que la diferencia, había mucha igualdad y con ello, demasiado temor. 

Un posible juntos a meritaba entrega, y no sé que más... (Estoy practicando esto de no proyectarme con nadie, a mi edad es lo normal, pero yo, mujer clásica y soñadora, no lo hago)

Tanto él como yo teníamos miedo, eramos iguales, odiábamos el drama pero de vez en cuando lo utilizábamos como comedia... Aún recuerdo ¡cuánto!, pero cuánto me reí aquel día... Y es que los besos se pueden diluir con el tiempo, pero una carcajada, una sonrisa, se queda en el recuerdo, en el corazón.

Me empezó a contar su vida, su drama personal y sus anécdotas más pintorescas, e inclusive las que no lo eran. Y yo no me aburría. Seguía oyendo y con ello, se adormecían mis sentidos, me deleitaba el escucharlo, me alegraba tenerlo. Me sentía viva, feliz y ebria.

Estábamos tomando unos "catedrales", y ahora que lo mencionó, por qué se habrían de llamar catedrales. Asumo que por el cristalino color. Y sí, eran deliciosos, eran  Pisco Sours.

Ahora que recuerdo, él tomó la iniciativa, claro, que hasta en eso fue inteligente. ¡Qué miedo!!
Estábamos hablando tan cerca, que seré obvia o él fijón! que dijo:
- Creo que debemos besarnos.
Y yo solo lo miré... Nos besamos, fue raro, pero se repitió hasta volverse normal.

Seguimos hablando, tomando y besándonos. Hasta que su instinto de protección salió a relucir. No me dejó tomar y ebria no soy pero... era mi trago!!!

La conversación estaba tan buena, que el día pasó rápidamente y partir yo debía...
No sabía cómo asimilar lo ocurrido, y la verdad que sigo sin saber. Siendo por eso que recurro a ti:
¿qué hago?¿cómo lo conquisto?
¿debo hacerlo o solo dejarme arrastrar por la ponzoñosa sociedad de no hacer nada?

Igual no soy lanza, pero tampoco quisiera quedarme a la espera. Sé que le gusto, sé que le parezco interesante pero sé,  sobre todo, que quiere ser ministro y lo va a lograr.

Mi caoba oscuro, intensidad 40°, así se hace llamar...
no sé que hacer, y es que dejé de ver las telenovelas...

Help meee!!!!













2 comentarios:

  1. miaaauuu pero qué bravo! La verdad que una chica guapa y tan segura de haber impresionado al chico que le gusta... no debe desesperar. Si le gustas tanto como crees, solito vendrá ... y si no, no vale tanto la pena, no?

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  2. Miau miau... Gatita bella, ¡tanta razón!!
    Cuando las personas deben juntarse, se juntan, casi por inercia. Pero terminan juntas. Y sino, pues ya vendrá el Sr Presidente, congresista o etc...

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